jueves, 21 de enero de 2010

Iglesia de San Miguel de Escalada







En los inicios del siglo X y mas concretamente en el año 913, el abad Alfonso y un grupo de monjes cordobeses, durante el reinado de Alfonso III, levantarón, en un solo año según una inscripción, un monasterio en tierras leonesas , reutilizando para ello los vestigios de una anterior iglesia visigoda que habria estado consagrada al arcángel San Miguel. La iglesia de este monasterio, que actualmente conocemos con el nombre de San Miguel de Escalada, sufrió diversas reformas posteriores y añadidos, entre ellos el imponente torreón que sobresale de su silueta, la iglesia es lo único que queda del antiguo monasterio. La lápida fundacional (hoy desaparecida) que estaba encima de una de las puertas de entrada al templo, rezaba asi: “ Hic locus antiquitus Michaelis archangeli honore dicatus, brevi opere unstructus, post ruinis abolitus, diu mansit dirutus; donec Adefonsus abba cum sociis adveniens cordubensi patria edis ruinam erexit sub valente sereno Adefonso principe. Monachorum numero crescente, demum hoc templum decorum miro opere a fundamine exumdique amplificatum erigitur; non iussu imperiali vel oppresione vulgi, sed abatis Adefonsi et fratrum instanti vigilantia duodenis mensibus peracta sunt hec opera, Garsea sceptra regni peragens Mumadonna cum regina, Era DCCCCLI. Sacratumque templum ab episcopum Jenadium XII Kalendas Decembrium”. y cuya traducción sería: “ Este lugar, ya desde antiguo consagrado en honor del arcángel Miguel, de reducidas dimensiones, caído en ruinas después, permaneció así durante mucho tiempo; hasta que el abad Alfonso que venía de Córdoba, su patria, con su comitiva, levantó las ruinas del edificio bajo el eficaz patrocinio del rey Alfonso. Como aumentara el número de los monjes, por fin construyen el presente templo desde sus cimientos; estas obras se fueron realizando durante doce meses, en el reinado de García con su esposa Mumadonna, no por mandato real o valiéndose del sudor del pueblo, sino por la atenta tenacidad del abad Alfonso y de sus monjes, en la Era novecientos cincuenta y uno. Fue consagrado el templo por el obispo Genadio. Es, desde luego, la más bella de todas las iglesias mozárabes leonesas, habiendo sufrido daños cuando Almanzor asoló León, en el 988. En el 1050 siendo abad Sabarico se renovó la fundación, abriéndose la puerta por la que hoy se accede al templo, según reseña la tosca inscripción que corona el arco, indicando la fecha de fallecimiento del abad y su enterramientos a los pies de la puerta. En el 1155 el monaserio es cedido por el rey Alfonso VII y su hermana Sancha a los monjes agustinos de San Rufo de Avignon, que establecierón en ella un priorato. La Desamortización pusó punto y final a la vida del monasterio. En 1968 y gracias a las excavaciones, salierón a la luz en el subsuelo de la capilla románica los restos del ábside de la primigénia iglesia visigótica.

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